Delirio y metáfora convergiendo en horizonte nebuloso nos ofrecen estos tres poetas que la editorial cacereña Letras Cascabeleras nos ha ofrecido para nuestra página de creación. Una poesía arriesgada y sin concesiones.
Fran Ignacio Mendoza
Introito del alma
Las noches quiebran los cristales del alma,
el alma se desangra cada noche…
La soledad de los espejos
no interfiere en el suicidio de los días.
Las noches cierran los vectores certeros,
aguzan el morbo de las mantas
y manan deseos incorpóreos,
luto de estrellas y viento de feromonas…
Las noches se desangran en el alma
contra los vértices de los espejos.
Presencian nuestros actos y el exceso,
la capacidad del hombre en la pasión.
El lenguaje interior. Letras Cascabeleras, Cáceres, 2015.
Salvador Chaila
El goce desoído
Arrastrándose en olvidos
vuelve la soledad
a destronarte.
Para oír
golpea la piel que erizó la ausencia
y castiga y ata y duele
el fuerte caparazón de la pobreza.
Hay un efecto de plegaria y canto
que provoca lejanías
de roce y de corteza
fuerte silbo que enciende
la locura el incienso ritual
el miedo el goce desoído.
Salvador Chaila.
Al norte de tanto olvido. Letras Cascabeleras, Cáceres, 2014.
Elena Bautista
[Cuanto]
Cuanto
más
borroso
es tu
recuerdo,
más
nítido
está mi
cuerpo.
Intimismos. Letras Cascabeleras, Cáceres, 2015.
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