Hace 20 años usted publicó  El futuro de España. En aquel momento se preparaban las elecciones nacionales (la segunda edición se lanzó en 1996) y hablaba de un futuro que ya ha sido, con un planteamiento muy visionario. Ahora nos encontramos en un momento igual al de hace 20 años: ante el resultado de unas elecciones (estamos en el mismo punto de partida), ¿qué cree que ha cambiado en España desde un punto de vista social?

Ha cambiado mucho y no ha cambiado nada en el sentido de que los problemas que apunté en el libro (para los que proponía soluciones) siguen existiendo. Seguimos teniendo prácticamente los mismos problemas que teníamos. Yo no soy más optimista de lo que lo era entonces pero hice una predicción de futuro de lo que sería España en el 2020, ya en 1995 (cuando escribí el libro), colocando a mis hijos artificialmente en ese año 2020 y estableciendo un diálogo con ellos estando yo en el 1995 sobre lo que había pasado en España hasta entonces. En la figura del padre yo les explicaba las resoluciones de los distintos gobiernos que se iban sucediendo a lo largo del tiempo, planteando en España tres posibles escenarios. Este es el primer escenario, que dice así (y yo escribí ese libro - recuerden - en 1995):  la situación a mediados del 2000 empeoró, Aparte de la pesada deuda, las pensiones, los beneficios sociales y gastos de sanidad se incrementaron hasta llegar a un 30% del PIB y el país entró en una larga recesión. En el 2008 un equipo de expertos economistas anunciaron que España inclumpiría con su deuda pública externa en el 2010 a no ser que se adoptaran medidas drásticas a todos los niveles. La crisis sin precedentes provocó el colapso de muchos negocios, una depresión y una emigración masiva a toda Europa …que duró hasta el 2012. La recesión europea duró del 2008 al 2013 … Cataluña y el País Vasco realizaron intentos de autodeterminación…Para evitar una desintegración de España  se llegó a negociar la constitución de una federación …En ambos casos los movimientos de independencia fueron derrotados en las urnas. En el 2015 el país se estabilizó. Se inició un lento crecimiento económico…empezó a bajar la deuda externa … (extraído de las páginas 342-343). Que estas palabras estuvieran escritas hace 20 años y que se haya cumplido la mayoría de las cosas te hacen pensar en esos problemas. Pero yo no voy a hablar de problemas, voy a hablar de las soluciones, que las hay, porque creo que estamos en una muy buena disposición para acometer los problemas.  Uno de ellos era las finanzas del estado, entonces (en el 1995) no había tanta deuda pública pero sí un déficit endémico. El problema número dos era la inestabilidad de los países al sur del mediterráneo, que era una amenaza seria para nosotros, no por la inmigración (que tiene efectos muy buenos)  sino por el resentimiento ante el mundo occidental y el problema terrorista. Y el tercer problema era el desempleo. Teníamos un modelo basado en la vivienda y el turismo. En el turismo hemos tenido suerte, nuestra suerte ha sido la desgracia de nuestros competidores, que no han ido bien. Pero había que cambiar el modelo productivo hacia sectores con mayor valor añadido y de más rentabilidad que la vivienda y la construcción. El cuarto problema eran las pensiones porque teníamos una demografía terrible con un envejecimiento tremendo y se pensaba que el sistema de pensiones quebrara pero afortunadamente no ha sido así porque han venido 6 millones de inmigrantes más jóvenes entre otras cosas.  El quinto problema era la universidad y la educación superior. No teníamos ninguna  universidad entre las 200 mejores del mundo y eso había que cambiarlo y el sexto problema era la administración pública que en España ha crecido muy rápidamente. Hay una cuadriplicación de funcionarios a todos los niveles (local, provincial, nacional) y todo eso hay que ponerlo en control pero no se hizo nada y de alguna manera estamos en el 2015 en una situación en la que tenemos que resolver esos problemas. Sin embargo creo que estamos en mejor situación. 

Usted ha hablado de turismo y servicios como motor de desarrollo local y la Fundación Maimona de la que usted es fundador y patrono, dedicada al fomento empresarial local  de Los Santos de Maimona, y que desarrolla su labor a partir de estos principios, sería un ejemplo vivo de esa solución.

Sí. Creo además que tenemos muchos activos en el turismo. Extremadura y otras regiones se van a beneficiar mucho más del turismo de lo que se han beneficiado hasta ahora simplemente porque los chinos y los japoneses, los indios, … los países prósperos del futuro donde se está desarrollando una clase media enorme van a formar una proporción importante. Ellos no quieren estar en la playa y ponerse morenos sino ver historia, ver civilización, estar en espacios grandes, ver la dehesa extremeña, la cultura, la gastronomía. Entonces, estoy muy convencido de que el turismo es un sector de gran porvenir. Pero creo que necesitamos otros. Y también los podemos atraer. El turismo no es sólo atraer a turistas que vienen una semana. Es también atraer a jubilados para residir aquí. Y también atraer a científicos, a empresarios. Atraer inversiones. Hay muchos científicos que les gustaría vivir aquí pero hay una serie de cuellos de botella que se resolverían con la creación de empresas de capital riesgo que impulsaran políticas públicas que favorezcan la investigación, habría que mejorar las universidades y atraer a toda esta gente  que desde la casi nada creen un aspecto muy dinámico de la economía. 

Hay un nuevo escenario social (usted como dinamizador social lo sabe perfectamente)  fundado en la horizontalidad de las organizaciones, plataformas cívicas y fundaciones entre otras, ¿de qué manera afectará esta situación a la empresa y qué futuro le ve a este movimiento?

 Todo lo que sea favorecer a los desfavorecidos y a los vulnerables me parece absolutamente fantástico y necesario. Quizás es de eso de lo que ha pecado el sistema hasta ahora. Parece que esas plataformas son muy positivas en ese sentido. Como he dicho, la política económica no te deja mucho margen de maniobra. José María Maravall escribió en El país un artículo declarando que la política social es necesaria, pero eso no quiere decir despilfarrar dinero ni tampoco vivir por encima de los medios que uno tiene. Hay un sistema global (que yo critico muchísimo) porque es un capitalismo feroz y que produce un mundo muy injusto. Pero ese sistema hay que cambiarlo desde arriba. Si un país o una ciudad lo cambia desde abajo va al abismo porque la globalización no te deja margen de maniobra. 

Lee la segunda parte 

José Juan Martínez Bueso/ Francisco Lucas

Foto: Francisco Lucas

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