Hay certámenes que continúan año tras año pese a las inclemencias presupuestarias que nos acosan, sin duda gracias a la férrea voluntad de sus gestores, considerando muy legítimo mantener un proyecto sólido a lo largo de los años y una marca aquilatada con los años, como es el caso del conocido premio internacional Eugenio Hermoso de pintura que ha llegado este año a su XXXI edición, tras el que está detrás el empeño del alcalde de Fregenal de la Sierra, Juan Francisco Ceballos con el apoyo de la Diputación de Badajoz, certamen que tiene como especial aliciente este año el ser el cincuentenario de la muerte del pintor que le da nombre a este certamen: Eugenio Hermoso (1883-1963) y a la Fundación que le da cobertura de la que el referido señor Ceballos forma parte de su patronato.

Uno de los estímulos de esta convocatoria es que se premia con la adquisición de obra por parte del organismo convocante, previendo en esta ocasión para las obras escogidas una cantidad o presupuesto máximo de 2500 euros (cifra con la que se ha adquirido finalmente una sóla obra), cantidad bastante recortada con respecto a anteriores ediciones debido a las consabidas dificultades del momento.

Evidentemente, es muy fácil navegar con el viento a favor, pero cuando hay turbulencias muchos abandonan la nave y son pocos los que resisten el temporal, por eso mismo el esfuerzo del señor Ceballos en nombre de la Fundación merece todo nuestro respeto en su intento de mantener vigente el proyecto de este premio.

El premio en esta XXXI edición (pincha aquí para ver las obras seleccionadas) ha correspondido al autor madrileño Albano Hernández por su obra Construcción pictórica para espacio desierto I, fallado el pasado 15 marzo pero que traemos a colación porque hasta el 28 de junio se expondrá la obra finalista en la Sala Vaquero Poblador de la Diputación de Badajoz en la misma ciudad pacense.

La obra ganadora de Albano Hernández tiene un aire de expresionismo abstracto basada en una vagorosa figuración, una línea muy significativa del resto del grupo que inciden en una revisión de lenguajes pictóricos, y así están en la resuelta gestualidad de Rosana Soriano con su acuarela Simbiosis, el estructuralismo de Miguel Ángel González Chacón en su obra Retícula de un pensamiento, el neo-impresionismo de tintes poéticos de la obra de Belén Cobaleda (Mam/MadII/III) o de Francisco Javier Mora Ramírez (Summer fruit II) y a veces, aparecen discursos centrados en guiños autoirónicos sobre la propia historia de la pintura (Verónica Bueno Salgado: El advenimiento del delirio y Guillermo Ferri Soler: Futgolf III), alusiones y lenguajes académicos hasta un total de 19 obras con sus autores que, a tenor de la muestra, apuestan por la revisión de lenguajes en cuanto valores legitimados por el devenir artístico del pasado siglo XX sobre el que enfocar su visión personal y heterogénea.

José Juan Martínez Bueso

Fuente Foto: Ayuntamiento de Fregenal de la Sierra (BA)