Por qué construir con pacas de paja

Las pacas de paja son materiales de construcción altamente resistentes y sostenibles. Los arquitectos Lucile Couvreur y Alejandro Buzo nos revelan  las claves de esta construcción alternativa de gran tradición en el resto de Europa  

Se podría pensar que la construcción con pacas de paja es una idea extravagante propia de algunos “ecotranstornados” modernos como respuesta a la deriva que toma nuestra sociedad. Pero lo cierto es que el recurso a las pacas de paja para construir viviendas y otras construcciones data de finales del siglo XIX. Fue en el estado de Nebraska (EEUU) gracias a la invención de las primeras máquinas empacadoras, cuando los colonos de la época empezaron a construir sus hogares con este material.

La expansión del uso de estas técnicas ha llegado también a Europa donde empieza a ser una realidad bien extendida en países como Reino Unido, Austria, Alemania, Francia o Dinamarca. En Francia por ejemplo, se construyen actualmente unos 300 edificios de paja al año.

Detrás de esta expansión no hay ningún lobby (ya que cualquiera puede tener el material) sino toda una serie de buenas razones. Las pacas de paja gracias a su espesor tienen una importante capacidad aislante tanto térmica como acústica, que triplica la de las soluciones convencionales con ladrillo y aislante industrial. Se trata además de un recurso renovable, producido en nuestro entorno con escasa transformación, lo que lo convierte en altamente ecológico además de económico (una paca de paja pequeña puede costar entre 1 y 2 euros).

Pero a pesar de estas características,  la construcción con paja genera todavía muchas dudas en una parte de la sociedad. Dudas asociadas a su estimada debilidad frente al fuego, insectos, roedores o el agua. En realidad estos son más falsos mitos que peligros reales. Un buen conocimiento de la paja y de las técnicas con las cuales se emplea, hace que su uso en la construcción sea totalmente adecuado, seguro y durable.

En cuanto al riesgo de incendio, la paca de paja está tan comprimida que no permite la oxigenación del foco del fuego y su combustión resulta tan difícil como la de una guía telefónica. Esto ha quedado demostrado en los ensayos realizados bajo normativa europea, otorgando a los muros de pacas de paja un nivel de resistencia al fuego equivalente al de los materiales convencionales.

¿Y que pasa con la lluvia? La presencia de agua líquida en los muros proveniente de inundaciones accidentales, capilaridad, condensación interior o fisuras en la cubierta favorece la aparición de mohos que deterioran el material además de la calidad del aire interior. Sin embargo estos problemas no son exclusivos de la paja sino también de otros materiales vegetales como la madera, sintéticos como el poliestireno o poliuretano e incluso minerales como la piedra o el hormigón. Las soluciones para prevenir estos riesgos son relativamente simples y conocidas desde mucho tiempo y forman parte de una buena concepción del proyecto.

Con respecto a los animales, tampoco hay que preocuparse. Los roedores tienen un interés limitado por los muros de paja, ya que al estar desprovistas de grano las pacas solo les podrían ofrecer alojamiento y no comida. Si la paja está bien protegida por un revoco o paramento adecuado (revoco, madera, Pladur, etc) la llegada de roedores se hace improbable. Además, la alta densidad de las pacas hace que la construcción de túneles sea más difícil que en otros materiales convencionales como la lana de roca.

Las termitas tampoco representan un riesgo. Compuesta principalmente de silicio, la paja es un alimento insuficiente para permitir la supervivencia de una colonia de termitas. Como en todas las regiones donde hay termitas, es necesario impedirles el acceso a las estructuras de madera, pero ello no representa dificultades particulares respecto a las medidas que ya se toman en las construcciones convencionales.

En fin, para los que sigan dudando, la mejor manera de convencerse de la durabilidad de estas construcciones es observar las casas de paja más antiguas. La primera fue construida hace 130 años en Estados Unidos, país con una docena de casas de casi 100 años aún siendo utilizadas y en buen estado. En Francia, las construcciones en paja más antiguas conservadas datan de 1920. Siguiendo buenas prácticas a la hora de construir y manteniendo la casa cuidada, su durabilidad está garantizada.

Además, la durabilidad de las casas que se construyen hoy día puede ser incluso más alta, dado el hecho de que las tecnologías que se usan para construirlas han evolucionado muchísimo: empacadoras que producen alpacas más densas, sistemas de compresión con correas de camión o cricks neumáticos, aplicación del revoco con proyector, etc.

En realidad, las técnicas de construcción en paja siguen desarrollándose y no dejan de evolucionar, y esto se debe en particular a la existencia de una red de construcción con paja,  que reúne profesionales, autoconstructores y particulares, con el fin de compartir experiencias y dar a conocer la construcción con paja. La red está estructurada a nivel mundial (International Straw Building Conference), europeo (European Straw Building Association) y nacional (Red de Construcción con Paja). Estas interacciones generan una emulación importante. Por un lado permiten compartir los últimos avances técnicos (como por ejemplo la prefabricación de casas de paja) y por otro lado hacen que a nivel legal se pueda llegar a una cierta normalización. Por ejemplo, Francia tiene desde el 2011 una reglas profesionales que posibilitan tener un marco legal para las construcciones con paja.

Pero, ¿es legal construir con paja en España? Absolutamente si. El marco normativo de la edificación en España viene determinado por el Código Técnico de la Edificación (CTE). Este documento no prohíbe materiales ni soluciones constructivas, sino que sus exigencias son de carácter prestacional, es decir: Exige una serie de requisitos que deben cumplir las edificaciones (resistencia estructural, aislamiento, salubridad,...), permitiendo al proyectista el recurso a cualquier técnica constructiva siempre y cuando se garantice el cumplimiento de dichas exigencias.

Por tanto la mayor dificultad no es legal o técnica, sino más bien tener a disposición proyectistas y constructores especializados, que conozcan la naturaleza del material y aseguren un proyecto y gestión de obra adecuado.

En Extremadura contamos actualmente con dos estudios de arquitectura (miga ecoconstrucción y Bioconstrucciones Prefabricadas) además de una empresa constructora (Extrepaja) dando los primeros pasos para la normalización de la construcción con paja en nuestra región.

Lucile Couvreur/ Alejandro Buzo

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Comentarios

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Por Nuno el 25/09/2016 a las 22:26:
Me parece interesante este artículo,por lo que conlleva un serio compromiso ambuental
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