Comer despacio alimenta más y mejor

 

Más de una vez habrás comido un sándwich o te habrás cortado una manzana a la carrera, en pie frente a la mesa, moviéndote de un sitio a otro por la cocina o incluso mientras tecleabas al ordenador. Si te has reconocido en esa situación será mejor que cambies de hábito porque no te estarías alimentando bien.

 

La comida es un tiempo para relajarse y entretenerse disfrutando de la comida, no un mero trámite del día. Para empezar, como dirían las abuelas, hay que sentarse a la mesa porque así podremos saborear mucho mejor esos momentos.

 

Masticar despacio y salivar es muy importante ya que así podremos controlar mejor la cantidad de los alimentos. Un traguito de agua, en tanto, mejorará la comida, con esto (unido a nuestro relax)  haremos trabajar más cómodamente al estómago facilitando la digestión. Nos sentiremos saciados sin una gran cantidad de alimento (especialmente con la fibra), lo que nos ayudará a adelgazar o a controlar el sobrepeso.

 

Tendríamos que dedicarle a la comida por lo menos unos 20 minutos para una práctica alimentaria adecuada. 15 minutos podrían bastar para el desayuno (dependiendo de los hábitos), pero se puede dilatar lo que queramos si nos encontramos en grata conversación, porque lo importante es hacer de cada comida un momento señalado que nos permita disfrutar del momento.

 

Ahora ya no tenéis excusa para no sentaros a comer. 

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