El turista ecológico

El aventurero José Antonio Amador nos muestra diversos modos de convivir en la naturaleza 

Para hablar o comentar sobre el turismo ecológico nos puede parecer absurdo (pero la verdad es que no queda más remedio)  empezar hablando del turismo llamado normal  o también del turismo llamado de masas. Por lo tanto, aunque nos cueste creerlo o incluso aceptarlo es la realidad, ese es el turismo que tenemos, y es el que ocupa gran parte de nuestro territorio costero mediterráneo cuando, a finales de los años 50, se iniciaron tímidamente los primeros complejos hoteleros españoles, y últimamente el tan de moda Senderismo…

El efecto negativo en el medio ambiente es en la actualidad evidente por doquier, y sus impactos se pueden resumir así:

AGUA:

El turismo es sin duda el enemigo público número uno en el consumo de agua, entrando en conflicto, por su uso y consumo, con las necesidades de la agricultura, destacando también el hecho de que en un país predominantemente mediterráneo, con escasez de precipitaciones y menguadas aguas, se promuevan los campos de golf. Ciertamente son verdes de color, sin embargo, no son especialmente ecológicos como actividad turística.

¿Sabíais que  en Europa hasta el siglo pasado las necesidades de agua se calculaban en unos 20 litros por persona y día, 7 de los cuales eran para beber, cocinar y para el aseo personal?.

Un ciudadano europeo gasta unos 150 litros de agua al día y un ciudadano hindú, en cambio, sólo gasta 25 litros de agua al día.

Cuanto más rico es un país más agua gastan sus ciudadanos. Así un suizo gasta 96.000 litros de agua al año. Un sudanés, en cambio 7.000 litros de agua al año.

En Tenerife, un habitante gasta de 150 a 250 litros de agua al día, un turista gasta 440 litros por termino medio.

El 70% del agua dulce del planeta sirve para regar los cultivos.

El Tribunal de las Aguas de Valencia existe desde el año 960, en aquella época las sentencias se dictaban en lengua árabe, y partir del siglo XIII lo fueron en lengua catalana.

ENERGIAS:

El consumo tiene mucho que ver como sabemos con el transporte. No hay turismo sin carreteras (autopistas) aeropuertos. Con todo esto las emisiones de gases de plomo que se lanzan al aire son bestiales.

BASURAS:

Los turistas generan miles de kilos de basuras esparcidas por los lugares más insospechados e inaccesibles del planeta, como ejemplo: las autoridades nepalesas exigen que todas las expediciones al Everest devuelvan las basuras que hasta hace poco se abandonaban a su suerte en las faldas de las montañas más altas del mundo.

INCENDIOS

La urbanización de espacios naturales forestales, costeros, (pinares) facilita la propagación, tan común en verano, amén de los intencionados, por cuestiones urbanísticas y de caza.

OCUPACIÓN Y DEGRADACIÓN DEL PAISAJE:

El turismo lo podemos denominar una industria que utiliza como materia prima principalmente el paisaje, y la mayoría de las veces lo degrada irreversiblemente.  La costa españolas es un ejemplo histórico de cómo, en 30 años se han destruido persistente ecosistemas costeros como son las dunas, las playas, las marismas y los bosques costeros.

Otras veces son los espacios de montaña y, otras, espacios rurales y agrícolas, que están tan de moda en estos momentos.

 

A este pequeño repaso de los efectos negativos del turismo en masas, puede servir de canon a lo que se puede pretender como es el llamado turismo medioambiental, el cual se determina por:  

Su desarrollo es en zonas rurales naturales lejos de los grandes núcleos urbanos. También se puede desarrollar en espacios naturales protegidos, parques naturales.

Ayuda a desarrollar  las economías precarias rurales, con hincapié en las zonas de montaña. De esta manera  los agricultores y ganaderos suelen ser los protagonistas de una parte de las actividades ofrecidas, que es lo que se viene llamando agroturismo.  Siendo  Francia el que más ha desarrollado este modelo.

La oferta turística es de bajo impacto ambiental, cuidadoso con la naturaleza y la población local, siendo estos los más interesados por la economía.

La oferta turística está dispersa en el espacio, no concentrándose en un mismo pueblo o ciudad; y se transforma en un turismo activo que busca la realidad donde se inserta la cultura y lo natural, por tanto, las actividades lúdico-deportivas y las de tipo educativo-cultural, son las más realizadas, aunque son las primeras las que están más de moda, es común encontrarlas en muchos ámbitos rurales actividades de: senderismo, Trekking. Montañismo, piragüismo, espeleología, escalada, rafting, rutas a caballos, parapente, etc.

Como conclusión a todo esto hay que decir que este turismo es reciente y está siendo promovido tímidamente por casi todas las Autonomías españolas. Destacando con seguridad las experiencias asturianas de núcleos de turismo rural, la red Navarra de agroturismo y las ofertas de los parques naturales andaluces, gestionados por la Agencia Andaluza de Medio Ambiente.    

A todo lo expuesto nos tenemos que hacer una pregunta que con toda seguridad pasa inadvertida: CÓMO ES, COMO SON  O COMO SOMOS LOS TURISTAS ECOLÓGICOS?

A los visitantes o turistas de los espacios naturales, sean protegidos o no, se pueden clasificar, según su manera de comportarse y de SENTIR  la Naturaleza, de las  cinco  siguientes  maneras:

1ª- los que somos aventureros-montañeros y espeleólogos. Buscamos un reto o desafío en la Naturaleza. Buscamos especies naturales para la exploración y para el desarrollo de una actividad física intensa, deportes de aventura, nos gusta los espacios de montaña, lo tenemos todo.

2º Los vivenciadores de la naturaleza (llamados roussonianos). Buscan el contacto íntimo con la Naturaleza y suelen desarrollar comportamientos cuidadosos con el medio natural.

3º Los campistas. Tienen un amplio espectro de comportamiento. Pueden buscar solamente en la Naturaleza un lugar para descansar y un escenario agradable para su ocio. Suelen ser proclives al mayor número de comodidades.

4º Turistas informados. Está interesado en el conocimiento de la GEA, flora y fauna del paisaje que visita y por ello suele ir muy documentado sobre la zona que visita. Puede ser que esta visita, a su vez, forme parte de una ruta más amplia de tipo cultural.

5º Turista de paseo. Dedica muy poco tiempo a la visita al espacio natural, buscando principalmente paisajes espectaculares y muy conocidos. Apenas tiene información de la zona que visita, ni le importa demasiado. Además, suele ser breve en el tiempo, de media a una hora de estancia.

6º- El turista dominguero, que le importa un pepino la protección de su medio ambiente, arrasando todo lo que ve, y dejando su carga de suciedad en el lugar colonizado…con el riesgo que supone.

¿Con cuál de estos estereotipos comulgáis ...?

 

José Antonio Amador

 

Fuente foto: Matthew Hadley

 
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