Isabel María Pérez Candelario

Relato ganador del IV Premio Relatos Breves Biblioteca Pública de Los Santos de Maimona

-       ¡Mario!

-       Dime.

-       ¡Se me ha ocurrido algo fantástico!

-       Verás…

-       ¿Conoces a Martina? ¿Esa chica tan guapa de intercambio? ¡Bueno! Pues este es el plan.

-       ¿Saldremos heridos?

-       No se, espero que no.

-       En ese caso…te escucho.

-       Bien, este es el plan: me he estado fijando y se sienta en la mesa de la derecha, al lado de la puerta del comedor; cuando salga, yo estaré en la escalera, esperando a que salga, y…

-       Y…

-       ¡Le tiraré un huevo en la cabeza!

-       Pensaba que eras un poco más creativo, eh…

-       ¡Bua! Eres un poco soso.

-       No lo soy, tú eres demasiado infantil, a todo esto…¿y esta idea? ¿A qué viene?

-       He pensado…

-       Tú sueles pensar mucho últimamente.

-       ¡No me interrumpas, hombre! El caso es que si todo esto lo colgamos en Internet y en la página del instituto, ¡nos haríamos famosos!

-       Claro, y ricos…Eres demasiado fantástico.

-       Que sí, que sí…¿vas a ayudarme?

-       ¿Tú que crees?

-       ¡Que sí!

-       Estás confundido.

-       Hazlo por el 5 que has sacado en lengua, gracias a mí, ¿verdad?

-       Está bien…lo haré.

-       ¡Perfecto! Pues ya lo planificaré.

 

En otro lugar del mismo instituto…

 

-       ¡Martina! ¿Có-mo es-tás?

-       Sorry!

-       Mmm…¡Ah! How are you?

-       ¡Ah! Como se dice...¡bien, bien!

-       Candela, tu nivel de inglés un poco bajo, ¿eh?

-       Tienes razón, ya sabes que del español no paso, por cierto, Isa, ¿qué tal el examen?

-       No me puedo quejar, ahora nos vemos en el patio, tengo que recoger. Martina, c’mon!

Como suelen decir por aquí…todo se puede torcer en cuestión de segundos, y a Javier, la historia irá desvelando que su afán de ser conocido le llevará a un gran error, además, con las personas equivocadas.

En un lugar muy alejado de la ciudad,…

 

-       ¡Mamá! Ya he llegado, ¿qué tal el día?

-       ¿Dónde está Martina?

-       Se ha quedado en el insti, dice que quiere verlo “a fondo”. La he dejado con Marcos, el profe de inglés, para que se relacione la pobre.

-       Me parece bien, pero yo me voy ya, tengo calases, y no, mamá, no voy a comer, otra vez.

-       Está bien, está bien…

La ciudad de Isabel era demasiado grande, hombre…estamos hablando de Madrid. Hay rincones irreconocibles, para algunas personas, aunque para otras, significa más que un simple lugar.

Isabel ama la naturaleza, el poder encontrarse a ella misma, y sobretodo, nunca es malo tener un rato para uno mismo.

Aunque ese día, no sabía muy bien ella lo que iba a descubrir, para ella, la mayor tontería de su vida, o eso pensaba, aunque a la larga sabrá que fue el secreto mejor guardado del mundo.

 

-       ¡Mario! ¿Nadie? Vaya…

-       ¿Javi? ¿Qué haces aquí?

-       Emmm… nada, si yo ya me iba…bueno, ¡adiós!

-       ¡Espera! ¿Vas al insti?

-       Si…

-       Venga, pues me voy contigo.

-       Tienes suerte, tengo dos cascos.

 

Llegaron al instituto, Javi no podrá creerse que Isabel hubiera estado a punto de descubrir su secreto, pero bueno, sólo había sido un susto.

 

-       Marcos, ¡hola! ¿Y Martina?

-       Está en mi clase, Isabel.

-       Perfecto, ahora voy a recogerla.

Por el pasillo, ya sabéis, se escucha de todo, desde gritos, hasta cotilleos, más cotilleos, pero Isabel tuvo suerte y…escuchó todo lo que tenía que escuchar.

-       …el caso, Jaime, yo no sé que hacer con el cabeza loca de Javi; ¡ahora le quiere estampara un huevo a Martina en la cabeza!

-       Y Martina, ¿qué le ha hecho?

-       Nada, ese es el caso, pone excusas…creo que algo sospecha…

-       ¿De Martina? Tío, es tu amigo, cuéntale que te gusta y que estás saliendo con ella.

-       ¿Para qué? ¿Para que líe la gorda? Paso, ya haré algo para impedirlo.

Esa misma noche, Martina, Isabel, Candela y todas sus amigas salieron a celebrar el fin de exámenes.

Isabel decidió contar el secreto mejor guardado de Martina y Mario. Tras mucho charlar y riñas, enfados y risas, planearon un gran plan para que Javier supiera aceptar que sus amigos también pueden tener vida propia, que no todo el mundo gira alrededor suyo, ni el mundo ni nadie. Algún día tendría que aceptar que sus amigos se pueden enamorar, no por eso tendría que tener miedo a perder a sus amigos; ya que él ya había estado enamorado y por miedo a todo, ahora quiere hacer que Mario se aferre más a él.

El plan era hablar con Mario, planear con total normalidad la estrategia de Javier y no hacer ni decir nada para que sospeche. A continuación, las chicas planearían el mismo, pero con mayor sutileza y elegancia, propio de las chicas y hacer que Javi cayese en su propia trampa.

Todo se ejecutaría en una semana, en esa semana, Javi debería coger la mayor tirria hacia una persona. Esa persona sería Martina. Martina sería la chica perfecta en clase, cosa que Javi odiaba, la que hablase, o intentarlo, con sus amigas; ya que el dominio del español no era muy amplio.

El sentido de este plan era que todas sabían que Javi en modo cabreado no piensa bien y comete errores que serían injustificables en situaciones normales.

La semana pasó volando: Isabel ponía de mal humor a Javier diciéndole la bonita pareja que harían Martina y Mario, de lo perfecta que es en clase y de lo bien que se lo pasaba Martina en clase con Jaime.

El esperado martes llegó, Javier, desesperado, furioso, somnoliento, frustrado y amargadísimo; esperaba impaciente a las 12:45 pm. Creía que, además de hacerse popular, se vengaría de Martina, le cogió una tirria inexplicable, nadie sabía por qué le había caído tan mal desde que llegó; pero por ahora ese secreto, sí había sido el mejor guardado.

 

-       Mario, ¿todo preparado?

-       Sí, voy a coger las pilas para la cámara y me tiro dentro de los arbustos.

-       Mejor, colócate detrás del árbol, así grabarás mejor.

-       Javi…estás a tiempo de dejar marchar esta idea absurda…

-       ¿Absurda? ¡Eres tonto, tío!

-       Bueno, tranquilo, me voy

 

En la otra parte del insti, todo mejor planificado y preciso…

 

-       Martina, ¿chicle en la boca?

-       Yes, my babe!

-       Candela, ¿cámara preparada?

-       Si, todo preparado

-       Bien…voy a las escaleras, por favor, chicas, máximo orden.

 

Eran las 12:40, el timbre aún no había sonado, pero el plan de las chicas y Mario no acaba más empezar; Mario, preso de los nervios, debía ir al servicio a las 12:44, y retrasarse 2 minutos, tiempo suficiente para que Isabel pudiera subir las escaleras traseras y colocarse encima de Javier, tiempo de sobra y suficiente para que Candela, hermana gemela de Mario se colocara la misma ropa que su hermano y la peluca, además de colocarse detrás del árbol; el mecanismo era sencillo, el camión del catering pasa diariamente a las 12: 49, ya que a las 12:50 tiene que estar la comida en la cocina del comedor, en los 20 segundo que camión tarda en pasar la esquina donde está colocado el árbol, Candela se cambiaría a la posición de su hermano y éste, con otra cámara grabaría todo desde un plano más central y dinámico.

12:44 - Mario no puede más, tiene que ir al servicio, Javier desesperado no para de andar de un lado a otro del servicio.

12:45 - Isabel perfectamente colocada, Martina colocada en medio de la calle, leyendo una revista y preparada para actuar.

12:46 - Javier colocado, medio muerto, con el huevo en la mano.

12:48 - Mario se dirige al árbol, ve a su hermana con su misma ropa, comienza a reírse.

12:49 - Suena el camión, Mario se prepara para salir corriendo, e igualmente su hermana.

12:49 y 5 segundos - Candela detrás del árbol.

12:50 - Candela hace la señal a Javi, éste pensando que es Mario, sigue las indicaciones que Candela le va haciendo con silbidos y reflejos de un pequeño cristal.

Llegó la hora. Se escucharon gritos, llantos, risas, y fotos, muchas fotos.

Todo quedó grabado, incrustado en las memorias de muchísimas personas, pero sobre todo en la memoria de Javi, ¡Cómo narices le había pasado esto! No lo entendía, todo el plan se había ejecutado de manera secreta, pero lo que Javi no sabía era que su fiel compañero había ayudado a que su plan se torciera.

Después de todo el trajín, quedaron con Javi para hablar con él, no entendían ese odio tan repentino a una chica que no le había hecho nada, que, según el punto de vista de todos, no la conocía de nada, pero ahí estaba el “quid” de la cuestión. Aunque Javier no llegó a contar la verdad…Nosotros sí la vamos a contar.

Javier fue enviado a un campamento a Londres de inversión lingüística, tenía 11 años y lo peor de todo, el único español de todo el campamento, aunque hizo buenísimas amistades con chicos de todos los rincones del mundo, conoció a una morenita, de tez pálida y ojos verdes, era simpática, entretenida y muy, muy, muy guapa, además, sabía hablar algo de español, por lo que era más fácil hablar y comunicarse con ella, fueron tres meses compartiendo todo con ella; cases, comidas, risas, deberes, tiempo libre y como es obvio…Javier comenzó a verla como algo más que una miga, pero, como en muchas ocasiones, se hizo unas ilusiones que no equivalían en la vida real.

Cuando nada más que quedaba una noche para volver a casa, Javi le contó todo a Martina, y sí, la chica morenita y guapa era Martina; le preparó una cena, preciosa, demasiado pensada para un chico de 11 años, la noche progresaba bien pero el final…fue un verdadero punto y final. Martina no supo reaccionar, no se lo podía creer, se fue corriendo, aunque no dijera nada, Javi se lo tomó mal y no quiso ni despedirse de ella.

Martina dejó una nota en su maleta, pero desafortunadamente, nunca fue leída.

Martina le confesaba que no quiso pasar de amistad porque no lo vería más en la vida, era patético comenzar algo si se terminaba en cuestión de semanas.

Javier la odiaba, por todo, puede que por esto esté tan aferrado a sus amigos y no quieren que hagan más vida de la que hacen con él.

Historias entrelazadas, encuentros inesperados, nada ocurre por casualidad, o tal vez sí, nadie puede saber eso.

¿Y Martina? ¿Se acordaría de él? ¿Y Mario? ¿Si supiera esto, cómo se lo tomaría?

La vida está llena de casualidades, y ésta fue una de ellas.

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