Antonio De la Fuente Arjona. Sembrando la utopía

Acabamos de asistir en La Nave del Duende del Casar de Cáceres a un ensayo general de La Semilla, la última obra de Antonio de la Fuente Arjona (con la que ha obtenido el premio FATEX 2014), que representará la compañía Cambaluz Teatro de Cáceres dentro de unos meses, una obra que trata sobre la actividad de las Misiones Pedagógicas desarrollada previamente al estallido de la guerra civil española y que plantea la posibilidad de abrir una esperanza en la vida de las personas a través del teatro. 

Antonio ¿Qué habría que salvar hoy: al teatro o al público? 

Si salvamos una cosa salvamos a la otra también. La Semilla no solo trata del teatro sino al hecho de la cultura. Cuando tú transmites cultura estás sembrando realmente y muchas veces no sabes dónde va a florecer y esto es lo que comentan los personajes al final de la obra, las Misiones Pedagógicas no saben siquiera cuál fue lo que provocaron y esto es lo interesante.

La Semilla tiene como leit-motiv el mapamundi que le regalan a una de las protagonistas, es la representación gráfica y simbólica del mundo que se abre a esa esperanza de vida

Sí, muestra que hay mundo más allá. Hay una frase que se repite en la obra: Lo que hay más allá ni se sabe ni tampoco importa. Es esa manera de vivir cerrada, sin plantearse nada más, encasquillados en la tradición. Precisamente lo que permite la cultura y el conocimiento es abrir   otras posibilidades. A mí lo que más me gusta a la hora de escribir y cuando dirijo es dar ese conocimiento sobre otras posibilidades de vivir porque serán mejores o peores pero por lo menos no pensemos que sólo podemos vivir de la misma forma. No hace falta repetir. Probemos, arriesguémonos a vivir de otra manera. 

En tu obra hay una gran presencia de cultura popular: proverbios, refranes, adivinanzas, canciones, … es una reivindicación de ese mundo cerrado pero parece que se legitima o se homenajea esta cultura popular

Más que una reivindicación es una inspiración absoluta. Las maneras de hablar de mis antepasados, de mi familia: mis abuelos, mi madre o mis tías siempre me ha resultado algo muy inspirador tanto como que cuando escribo el lenguaje se convierte en leit motif. En ese mundo tradicional donde los refranes son tan inspiradores, esos elementos no están ahí para cerrar el mundo sino para abrirlo e inspirarlo.

 

La Semilla entronca directamente en su espíritu con tu faceta de divulgación a través del teatro didáctico

Sí, tengo proyectos de teatro para niños. Trabajo desde hace años en cómo utilizar el teatro dentro del aula para transmitir cualquier conocimiento o materia escolar y en este caso puede tener algo que ver. En este caso La Semilla habla de la importancia de la transmisión del conocimiento y se habla de una época muy determinada, donde hay núcleos muy aislados que no han tenido la oportunidad de conocer otro mundo y de repente estos personajes de las Misiones, locos o héroes, deciden recorrer el país y de esa manera no sólo transmitir conocimiento sino conocer también ellos el país. Esto tiene que ver también con mi manera de trabajar. A mí me encanta ir a los colegios, hace poco he estado en Miajadas hablando de mis libros. No sólo transmito lo que estoy haciendo sino que me empapo viendo cómo lo viven los demás. Esto supone también una ayuda para enriquecerme. Al inicio de La Semilla hay un personaje que dice Fuimos para educar y acabamos aprendiendo Son personajes que de pronto descubren un país que apenas conocían. Muchas veces pasa eso. A uno le han inculcado una idea y luego cuando sale al mundo y lo conoce se da cuenta que no es como le habían dicho.

En tu obra hablas de utopías. El dedicarse al teatro hoy día ¿no parece también una cuestión utópica, una auténtica proeza?

Desde luego lo es, estando las cosas como están. La situación está muy dura. Es una cuestión de proeza y también de compromiso. Hay profesiones determinadas que exigen un compromiso mayor que otras. Cualquiera en su trabajo debe asumir un compromiso pero por ejemplo un educador o un artista asume un compromiso muy alto y eso supone vivir al margen y estar condenado en tu manera de vivir. Sí es cierto que ahora vivimos un momento oscuro en el momento cultural y social que hay que  luchar para cambiarlo.

José Juan Martínez Bueso

Comentarios

Enviar un comentario

Para poder comentar debes estar registrado. Regístrate o accede a tu cuenta.

No hay comentarios por el momento.


Produce Madreselva Servicios Culturales, S.C.
revistamadreselva@gmail.com
Apdo. Correos 381, 06300 Zafra (Badajoz)
Aviso Legal | Servicios | Publicidad
Utopia.es - Internet más cerca
Aviso

Utilizamos cookies propias y de terceros para el análisis de la navegación de los usuarios. Si continua navegando consideramos que acepta el uso de cookies. Ok Más información