Mainova Lab. El laboratorio social de Extremadura

MainovaLab nace al amparo de la Fundación Maimona para conectar a todas aquellas personas y entidades que deseen participar en proyectos de innovación en la región

 ¿Tenéis una idea?. Ahora podéis materializarla. Y no, os aseguro que esto no es un truco de márketing barato ni el intento de venderos ningún producto milagroso. Os hablo de hechos, de lo que es ya (desde ahora mismo), una realidad en nuestra región: acaba de nacer el primer laboratorio social de Extremadura. Un punto de encuentro al que cualquier persona como nosotros puede acudir,ya sea para sacar adelante ese proyecto propio que os lleva tanto tiempo rondando por la cabeza o para uniros a la propuesta de alguien más. Está en Los Santos de Maimona y se llama MainovaLab.

MainovaLab es un sitio para hacer cosas,en palabras de Alejandro Hernández Renner, director gerente de la Fundación Maimona, la entidad que ha puesto en marcha este laboratorio.Puede parecer una tontería pero, si lo piensas bien, no tenemos sitios comunes, asegura. Tenemos espacios propios, privativos, en los que el que entra lo hace porque es invitado nuestro, pero no tenemos espacios compartidos. Tener un lugar físico y virtual donde todos somos iguales y podemos aportar o podemos demandar de manera totalmente libre no es tan corriente.

MainovaLab ofrece una alternativa para crear de manera abierta, ética, democrática, eficaz y colaborativa. Es una comunidad pensadapara que particulares y organizaciones,formales o informales, públicas o privadas,puedan poner en marcha un amplio espectro de iniciativas, con o sin ánimo de lucro. Puede tratarse de crear una agencia que dinamice el comercio local, de usar nuestros conocimientos para definir herramientas educativas innovadoraso de diseñar un dispositivo tecnológico puntero que permita reducir la contaminación en nuestros municipios.Hay tantas posibilidades como sectores, aunque con un rasgo común: la responsabilidad social. El objetivo es poner la innovación al servicio de la sociedad y las personas, generar riqueza (en el sentido más amplio de la palabra) desde y para nuestros territorios. Hernández Renner puntualiza: Es bueno que un negocio sea un buen negocio, pero un buen negocio de verdad tiene que producir también las menores externalidades negativas posibles. Esa armonía entre el desarrollo de los negocios, el desarrollo de las sociedades y las personas nos parece que se puede alcanzar, y, cuando se piensa en conjunto, es más fácil de conseguir.

 

El poder de compartir, en la práctica

MainovaLabse articula en dos niveles.

El primero, virtual, ayuda a conectar a la comunidad. Cualquier interesado en participar solo ha de registrarse en www.mainova.es, de forma gratuita. Allí puede compartir su idea en abierto para buscar aliados o convertirse en cómplice de los sueños de otro usuario. En el momento en que más de una persona muestra interés por invertir su tiempo o recursos en una propuesta, esta se convierte en un proyecto y se crea el equipo. Ese grupo humano se autogestionará, marcando sus propias normas de funcionamiento. 

Tras esa primera toma de contacto que se da en el mundo online, entra en juego el componente físico de MainovaLab: un espacio en La Fábrika de Toda la Vida santeña al que pueden acudir los equipos que trabajan en los diferentes proyectos. Allí, la Fundación Maimona ofrece apoyo y asesoramiento para que cada iniciativa se convierta en realidad, ayudando a definir desde los siguientes pasos hasta los recursos necesarios, y dónde y cómo conseguirlos.

Rompiendo estereotipos

Aunque puedan existir ciertas similitudes, MainovaLab no es una aceleradora de proyectos; al menos, no como las conocemos. No dispone de itinerarios, plazos o procedimientos rígidos preestablecidos. Es una de las características que le da un cierto aire revolucionario: Aquí todo se maneja de manera autónoma. No hay nada programado, nada es obligado, nada es una condición esencial ­–al margen del código ético que se ha dado a la comunidad para trabajar juntos. La falta de programación es lo que hace posible que haya un componente experimental masivo, con lo cual tú te adaptas a la dinámica de la vida, no la dinámica de la vida se adapta a ti, añade el director gerente de la Fundación Maimona.

Ese código ético al que se refiere Hernández Rennerse apoya sobre valores como el respeto a (e incluso la promoción de) la diferencia y la diversidad, la apertura a todas las ideas y puntos de vista, y la participación de forma igualitaria (‘nadie es menos ni más que nadie’, dice el documento) de sus usuarios.

De este modo, frente a la idea tradicional de que para llegar lejos hay que competir en solitario y proteger nuestras ideas de los depredadores, MainovaLab se fija enla cooperación y la co-creación como verdaderas fórmulas de éxito, las únicas que permiten sacar el máximo partido a los recursos intelectuales y físicos de la comunidad.

Hoy MainovaLab se establece como el primer laboratorio social en nuestra región. Está avalado por los buenos resultados de experiencias  similares en países como Austria o Canadá y, como recuerda Alejandro Hernández Renner,  Extremadura no va a ser menos. Tenemos las ideas, la materia prima y las ganas de innovar. Solo hay que recoger el guante.

Isabel Rosa Benítez

Otros artículos relacionados:

Comentarios

Enviar un comentario

Para poder comentar debes estar registrado. Regístrate o accede a tu cuenta.

No hay comentarios por el momento.


Produce Madreselva Servicios Culturales, S.C.
revistamadreselva@gmail.com
Apdo. Correos 381, 06300 Zafra (Badajoz)
Aviso Legal | Servicios | Publicidad
Utopia.es - Internet más cerca
Aviso

Utilizamos cookies propias y de terceros para el análisis de la navegación de los usuarios. Si continua navegando consideramos que acepta el uso de cookies. Ok Más información