Formas de vida 3

Proyectos específicos de arte contemporáneo en Los Santos de Maimona

Formas de Vida es un proyecto expositivo curado por Jose Iglesias Gª-Arenal y desplegado a lo largo de 2016, desde la Sala Guirigai, a través de varios capítulos en colaboración con diferentes artistas, colectivos y asociaciones locales. El tercer y último capítulo se inauguró el martes 6 de Septiembre a las 21h. en la Biblioteca Pública Municipal ‘A. Samino León’, en Los Santos de Maimona (Badajoz), mostrando el trabajo de 5 artistas que han trabajado a partir del contexto local, bien invitados para realizar un proyecto específico, como es el caso de Rubén Barroso y Gl6ria, bien a través del programa de residencias artísticas RESIDENTES, mediante el cual María Alcaide, Rafa Chinchilla y Cristina Ramírez pasaron un mes viviendo y trabajando en el pueblo.

La exposición se divide en varios espacios. El mayor de ellos es la Biblioteca, donde el trabajo de Alcaide, Barroso y Chinchilla se entremezcla con espacios y objetos cotidianos. La zona expositiva de la Sala Guirigai está ocupada por las obras de Ramírez, un gran mural y una serie de dibujos. Estos se podrán ver durante todo el Otoño de 2016. La última colaboración es con Gl6ria, quien se ha encargado del diseño de los tres carteles de Formas de Vida, extendiendo la exposición por calles y espacios digitales.

Rubén Barroso fue invitado a realizar un proyecto específico para el pueblo. Huyendo de tópicos y cliches, Barroso decidió centrarse en el elemento anecdótico del nombre de la localidad y utilizar sus visitas a Los Santos como un proceso artístico en busca de una “espiritualidad contemporánea”. Presenta en una sala de la Biblioteca Vidas de Santos. Maga[fan]zine de espiritualidad ilustrada’, cinco revistas-objeto sobre madera dedicadas, cada una de ellas, a estudiar posibles líneas de fuga espirituales. Les acompaña Stabat Mater, una pieza sonora para ser escuchada con auriculares que funciona como una segunda parte de Vidas de Santos.

María Alcaide produjo, a partir de encuentros casuales con los vecinos de la localidad y su condición nómada y precaria, un libro titulado A B, una narración personal que funciona como un ejercicio de psicoanálisis para el pueblo a partir de las pequeñas mudanzas cotidianas y nuestra relación con los objetos. Acompañando este libro, se presentan en la sala de lectura de la Biblioteca una serie de objetos y pequeñas escenografías que hilvanan ficción y realidad.

En la planta baja, junto al libro, se incluye un bordado de la palabra “MUDA” realizado con restos de mudanzas, y una pequeña fotografía-objeto. En la planta superior hemos reproducido en menor tamaño la instalación con la que presentó su trabajo el pasado Julio en la Sala Guirigai, objetos encontrados crean un escenario de historias de mudanzas que se entrecruzan. Cerramos el proyecto colocando dentro de varios libros de la Biblioteca (algunos buscados, otros azarosos) una serie de fotografías que Alcaide hizo durante su estancia en Los Santos. Estas fotografías se quedarán permanentemente hasta que sean encontradas por los y las lectoras.

El trabajo de Rafa Chinchilla parte de una reflexión sobre el valor absurdo del dinero y el tiempo. Durante su estancia en Los Santos realizó una serie de acciones partiendo del valor subjetivo que puede tener una hora (8 euros, por ejemplo). Sus reflexiones se ven resumidas en la pieza que se presenta sobre la barra de la Biblioteca, donde un video del artista parado durante una hora sin hacer nada es traducido en un bloque de monedas de un céntimo que suman 8€, el peso de las monedas a litros en aceite local y este volumen a un cubo vacío.

 

 

Esta reflexión sobre el paso del tiempo y el absurdo de valores supuestamente transcendentales se puede observar en la pieza NADA, donde la caída del polvo es utilizada para escribir lentamente. Dentro de las acciones que Chinchilla realizó en Los Santos de Maimona se encuentra otra versión del gasto de una hora, un video donde le vemos recorrer el pueblo dejando caer monedas de un céntimo, transformando su recorrido en una escultura casi imperceptible que atraviesa toda la localidad; tiempo, trabajo, dinero y espacio fundiéndose al unísono.

 

 

Acompaña este video una pieza de audio donde la reflexión sobre la pérdida, el azar y el espacio público se resume en la alegría tras haber ganado la lotería, resumida en la expresión tapar agujeros. Pero el trabajo de Chinchilla tiene un componente fundamentalmente escultorico, y sus acciones se pueden resumir en gestos cargados de un peso matérico: acumular, repartir, ordenar, tapar, distribuir… En una escultura instalada en la entrada principal de la Biblioteca se concentra la acumulación obsesiva y los procesos entrópicos inevitables al colocar en precario equilibrio una serie de objetos encontrados por la calle, se ordenan geométricamente como escultura a punto de volver a su estado original, repartidos al azar por la calle.

La exposición continúa en la Sala Guirigai, donde Cristina Ramírez ha realizado un gran mural ocupando la esquina principal del hall. Ramírez utiliza el dibujo para acercarse a lo irrepresentable. Mediante tinta negra y una línea fina heredada del comic, crea paisajes imposibles inspirados en el “horror cósmico” (un terror proveniente de lo indecible, de lo inhumano). Parte de recursos propios de la literatura para arrastrar el medio del dibujo entre trampantojos y juegos de sombras, en entornos donde solo podemos intuir los efectos de una energía desconocida. El mural realizado durante RESIDENTES parece inspirarse en las escenografías teatrales, proponiendo una serie de planos superpuestos que insinúan una multiplicidad de perspectivas.

Ramírez busca un nivel de representación más allá de lo representable, en ese proceso construye un complejo universo de herramientas visuales únicamente con juegos de claroscuros. Sus paisajes “cósmicos” dejan desnudo al espectador, que recorre con la mirada las lineas que los forman enredándose en recursos formales, ornamentales. El medio puro del dibujo queda como única estructura a la que arrojarse frente a un terror al vacío. En este proceso, Ramírez consigue crear imágenes que funcionan como un reflejo de nuestra época no a través de la representación, si no mediante una enorme perífrasis que nos muestra que no hay nada más que ella. Este mural se podrá ver a lo largo de toda la temporada de Otoño de la Sala Guirigai, junto a una serie de dibujos de menor tamaño que cierran el ciclo visual realizado para Los Santos de Maimona.

Formas de Vida 3 termina con el cartel diseñado por Gl6ria, última parte del tríptico que ha ilustrado cada capítulo del proyecto expositivo. A través de los tres carteles, sus dibujos han funcionado, al mismo tiempo, como piezas artísticas autónomas y como un tentáculo de la exposición. Sus diseños se pueden encontrar por la Biblioteca, la Sala Guirigai, las calles de Los Santos, en varias publicaciones y por redes sociales y otros espacios digitales. Sus personajes, macarras y misteriosos, han deambulado por calles y redes sociales, rompiendo los límites del espacio expositivo y evocando otras formas posibles.Con esta exposición se cierra un ciclo a través del cual hemos buscado posibles entre prácticas artísticas y pequeños núcleos locales. Durante nueves meses la Sala Guirigai ha funcionado como un laboratorio para nuevas experiencias y diálogos. Nuestro más afectuoso agradecimiento a todas las personas que han hecho posible Formas de Vida.

José Iglesias García-Arenal

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