Intuición

La maestría en una disciplina consiste en asumir e interiorizar aquellos detalles irracionales que, gracias a la experiencia en función a las normas, completan el proceso de conocimiento. 

En el estupendo libro El espíritu del aikido, de Kisshomaru Ueshiba, el autor nos cuenta una historia sobre un científico alemán del campo de la investigación militar que sentía una gran admiración por el sable japonés (katana). Sin embargo había algo que le producía rechazo en el tema, y era el método de fabricación de estas espadas, en el cual el forjador de la hoja trabaja ante un altar Shinto (religión animista originaria de Japón), vestido de cierta manera especial y realizando algunos rituales que se mantienen en secreto. Todo este aire de misticismo y religiosidad le parecía innecesario y primitivo.

Así pues este hombre llevó varios sables japoneses a un instituto alemán especializado en investigación y desarrollo de altas tecnologías del acero para que los estudiaran a fondo. Con los datos obtenidos, y con ayuda de la más alta tecnología alemana de la época (poco antes de la II Guerra Mundial) construyó varias katanas siguiendo esos datos científicos de los que ahora disponía.

El resultado fue un fiasco absoluto, pues los sables que obtuvo eran bastante vulgares. Nuestro amigo no tuvo más remedio que admitir (a su pesar) que el método tradicional japonés era superior.

Kisshomaru Ueshiba nos cuenta en su libro que el forjador japonés, mediante la concentración en el trabajo y gracias a sus años de práctica, se deja imbuir de lo que ellos llaman kan , algo así como intuición. Dejándose guiar por ese kan realizan su trabajo y permiten que el kami (cierta divinidad) entre en el proceso.

Hay estudios en el campo de la intuición que indican que las personas que llevan más años en sus trabajos se dejan guiar más por la intuición que las personas que llevan menos años, y además esas intuiciones suelen ser certeras.

En cualquier disciplina de cualquier tipo (arte, deporte, profesión) uno comienza a practicar según ciertas normas que le indican cómo debe hacer las cosas, esto va haciendo que el practicante adquiera destreza en ese campo, pero muy probablemente los grandes genios lo son porque en algún momento dejaron atrás esas normas, una vez que ya las tuviesen totalmente trabajadas y asimiladas, y empiezan a seguir su intuición. 

Tai chi (como concepto filosófico) nos enseña que todo es yin y yang, las dos fuerzas complementarias que están presentes en cualquier aspecto de la vida. Probablemente la razón y la intuición sean las dos caras de una misma moneda, que podría ser el conocimiento. Las dos son necesarias en su justa medida. Una intuición que no está basada en una amplia experiencia podría llevar a falsas ilusiones y una férrea fe, absoluta en la razón, podría hacer que perdamos toda la importante información que la experiencia acumula en nuestro inconsciente.

Seguro que todos nosotros tenemos acumulada mucha experiencia en muchos aspectos de nuestra vida (nuestro trabajo, el trato con nuestros familiares y amigos …). Confiar en nuestra intuición puede ser una manera de expandir nuestras habilidades y de complicarnos menos la vida. Es el trabajo de cada uno buscar ese equilibrio (tai chi) entre nuestro aspecto intuitivo y nuestro aspecto racional.

Pero en el relato con el que iniciábamos este artículo, el autor va más allá de la intuición y nos cuenta que los forjadores de espadas cuentan con la ayuda del kami (dioses del sintoísmo). Son muy variados y van desde auténticas deidades tal y como nosotros las entendemos en nuestra cultura, hasta dioses menores tales como el kami de un bosque, de una montaña, de un árbol,..).

Aquí entran en consideración aspectos que podríamos calificar de primitivos, mágicos, arcaicos; que tal vez están lejos de nuestra concepción del mundo. Dejemos que cada uno de nosotros se pregunte sobre si este último paso nos lleva a una mentalidad primitiva ya superada o a algún aspecto de la realidad que se nos escapa.

Hay estudios en el campo de la intuición que indican que las personas que llevan más años en sus trabajos se dejan guiar más por la intuición que las personas que llevan menos años, y además esas intuiciones suelen ser certeras.

En cualquier disciplina de cualquier tipo (arte, deporte, profesión) uno comienza a practicar según ciertas normas que le indican cómo debe hacer las cosas, esto va haciendo que el practicante adquiera destreza en ese campo, pero muy probablemente los grandes genios lo son porque en algún momento dejaron atrás esas normas, una vez que ya las tuviesen totalmente trabajadas y asimiladas, y empiezan a seguir su intuición

 

Raúl Martínez

Profesor tai-chi. Asociación Wu Wei 

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