My life in mail art. Los artistas invisibles o la red sin pescador

Graciela Gutiérrez-Marx evoca sus comienzos en el arte postal dentro del ámbito latinoamericano, donde ha sido artista pionera

Soy de los 60`s, estudié siempre en Bellas Artes (Universidad Nacional de La Plata) desde el bachillerato hasta la Facultad. Nos llamaron los patitos feos, pichones de cisne, que entre la manada de patos, asistimos al nacimiento del rock & roll, leímos - entre los 16 y 20 años- a Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Cortázar, Neruda y el Popol Vuh. Descubrimos lo inconmensurable en las películas de Federico Fellini, lo inefable en Bergman, y en las oscuridades de los abismos generacionales fuimos contenidos por Antonioni y la nouvelle vague.

Para nosotros, todavía era París el centro del arte y todos queríamos ir.
En 1962 nació en La Plata el Grupo SI, una ventana de apertura a la experimentación independiente, que en Bellas Artes no tenía cabida, a pesar de la inclusión de algunos artistas-profesores, formados en la Europa de los años 50, que quebraron los principios academicistas, casi neoclásicos y bastante románticos, que postulaban la idea de genio (por nacimiento) e inspiración trascendental.

La estética de Benedetto Crocce llegaba a su final con la formación hegeliana, fenomenológica y semiótica, gracias a la que accedimos a nuevos planos de conciencia posible, desde la cátedra de Filosofía y Estética comandada por Manuel López Blanco
( nuestro subcomandante Marcos de ese entonces) de quien tuve el privilegio de ser alumna y ayudante durante largos 7 años de un aprendizaje excepcional.

Yo estudié escultura, con Aurelio Macchi, discípulo de Zadkine, quise emular con todo mi posible respeto a Giacometti y después de unos años cometí el atrevimiento de construir ensambles con trozos de chatarra (fierros viejos y oxidados que sigo juntando y reciclando o instalando hasta hoy) cosidos a puro destello de fuego y salpicaduras de lava, creada por la manipulación de el soldador. Durante la realización de estos procesos, me sentí un guerrero del sol. Gané premios importantes e invitaciones para exponer en Buenos Aires (1967-69), todo un éxito para una principiante provinciana, como lo era, una artista invisible como todavía soy y quiero ser.

Fui invitada a exponer en la Galería Lirolay, que en aquella {epoca funcionaba como puerta de entrada al premio Ver y Estimar. Así las cosas, me invitaron a participar en el Instituto Di Tella, al que frecuentaba con asiduidad, pero antes de conseguirlo y consentirlo la dictadura encabezada por el general Onganía censuró la obra de Plate y la cerró.

En simultáneo, la CUBA de Fidel y el Che Guevara prendían antorchas para la creación de un mundo diferente, con proyecto de hombre nuevo incluido. El mayo Francés de 1968, nos incentivó. El Cordobazo fue un ejemplo y los movimientos de base popular nos fueron incluyendo, uno a uno, en la esperanza de una transformación.

Yo sabía que en arte, lo de las galerías, el mercado, los premios el éxito marketinero y la figuración o el público de élite, no era lo que andaba buscando. Prefería afrontar otros tipos de dificultad.. No quería ser alguien, ni producir obra eterna. Los procesos de creación colectiva me empezaron a cosquillear.

Había que indagar más y buscar algo que todavía no sabía que existía, que no me era conocido, pero que estaba esperándome a la vuelta de la esquina, donde se abrían las puertas para ir a jugar.

Las políticas culturales y educativas daban ? solapadamente- la mejor bienvenida a todos los intentos de dominación: eran militaristas, xenófobas, y apuntaban ? aunque no se notara tan fácilmente- al privilegio de los talentos y a la homogeneización de la clase trabajadora y la pequeña burguesía. Ya reinaban la televisión y la cultura del show.

En 1968 murió mi padre, Antonio Raúl. Yo su hija única tuve que sostenerme y sostener a mi madre, mientras les robaban a ambos, desde el Gobierno de la Provincia de Buenos, su jubilación y su pensión.
Fueron nuevas pruebas: trabajos no deseados, soledades, confusiones, desesperanzas y desafíos; hasta conocer estrechamente a Edgardo A. Vigo y escuchar de su boca la palabra mail-art.

En 1969, éramos profesores colegas en el Colegio Nacional y yo lo invitaba para que nos hablara en Bellas Artes sobre el ARTECORREO y las nuevas formas de poesía concreta, poesía proceso, poesía visual, poesía de acción.

Comencé entonces a hacer xilografías y a integrarme al intercambio que Vigo proponía para su Museo itinerante e interactivo.

En 1970 viajamos con mi madre a Europa y visitamos especialmente Hamburgo, lugar de nacimiento de mi abuelo, su padre, August Daniel Marx. De vuelta me di cuenta que mi lugar era la Argentina, La Plata mi trinchera y toda Suramérica y el Caribe mi identidad.

Entonces me uní a los movimientos por la liberación, trabajé en las llamadas villas de emergencia, y aprendí muchas cosas que ahora no tengo lugar para desarrollar. Fue un cambio muy profundo para los que no buscábamos ser alguien, los que creíamos en la fraternidad y el amor incondicional. Mis ejemplos fueron el padre Mujica y Ernesto Cardenal. Ya estaba leyendo a Gillo Dorfles y a Umberto Eco. En este sentido, la OBRA ABIERTA me acercó las herramientas conceptuales que necesitaría para desarrollar mi trabajo posterior.

Me casé en abril de 1973, quedé embarazada y para poder terminar mi embarazo, tuve que guardar cama cinco largos meses, cargados de impotencia y dolor. Tiempos en los que vi morir ( inmovilizada aunque no des-movilizada), a los compañeros villeros, a los que creíamos en las utopías realizables, a los que se jugaban la vida por hacer nacer un nuevo amanecer. En contraposición a nuestras esperanzas de convivencialidad (Iván Illich) sucedió el asesinato de estos nuevos nacimientos, en EZEIZA, con la llegada del general Perón.

En los primeros meses, con el hijo en la panza y acompañada por mi madre, la MAMABLANCA (*) habíamos sido acorraladas por gases y perros, en un rincón del Cabildo, monumento histórico de la Revolución de Mayo de 1810, mientras cantábamos a la junta militar: se van, se van y nunca volverán, o soldado, soldado, pasate de este lado. Esto sucedió en la Plaza de Mayo con la asunción del Presidente Cámpora, como producto de los movimientos de lucha desde el campo popular.

Dibujé todo, seguí haciendo xilografía, tuve a mi hijo (Martín Eckmeyer) sano y salvo y recién a mediados de los 70 Horacio Zavala me entregó la llave del artecorreo (nombre acuñado en Argentina para designar al mail art) enviándome una invitación para una muestra de sellos de goma, organizada en Holanda por Ulises Carrión. Entré a formar parte de las listas de intercambio o comunicación a distancia vía postal, que ya habían conformado múltiples circuitos de interacción en RED. Fue el nuestro el primer network manual - vía correo- que vapuleado por los inventos del faxarte e internet, todavía subsiste, aunque haya cambiado su espíritu anárquico, su compromiso contestatario y su resistencia a la mercantilización. Son indudablemente cuestiones que hacen a la era postindustrial, o más exactamente a la postmodernidad.

Pero vuelvo a los setenta: los primeros envíos y respuesta fueron la maravilla y la fascinación. Inyecciones de asombro permanente al abrir cientos de sobres que llegaban a mi casa o a la casilla de correos ( C 266, CP 1900 La Plata, Argentina) de la que fui despojada en el 2003 por efectos de un fusilamiento financiero que no he podido evitar.

Sin embargo, nubes con alas negras circunavegaban el espacio social y amenazaban con quebrar las luchas del campo popular. El miedo empezó a crecer.

En el 75 se hizo la primera muestra de Artecorreo en Buenos Aires (organizada por Vigo y Zabala) que recibió, premonitoriamente, el nombre de ULTIMA y en la que ya `los servicios de inteligencia del Estado` comenzaron a ejercitar la censura, que pronto se tornó en represión. Y justamente la censurada fui yo: había provocado al orden establecido con aquel primer sello enviado a Holanda que representaba una paloma con forma de mano estereotipada, icono de un lema implantado por el Ministro López Rega, que se emitía por televisión. Eran la paz y el silencio (¿el de las tumbas?) los que prometían el progreso para nuestra Nación. La paloma mía goteaba sangre roja y portaba una cruz que decía ¨pacem pueblo¨, una prospectiva de los sepulcros con cruces NN, que al poco tiempo inauguró la dictadura militar.

Casi todas mis intervenciones visuales fueron descolgadas de esa muestra y sin discutirlo con los organizadores, lo acepté. Era preferible que se conociera el ARTECORREO, aún cuando no se cumpliera con un estatuto espiritual, o mejor dicho ético, que todos profesábamos sin ningún tipo de coacción. No habrá jurados ni censura, se había prometido, pero en estos confines sureros, esta premisa no funcionó.

Siempre había tenido miedo y si se quiere, todavía quedan las secuelas; pero de allí en adelante me radicalicé y la presión de la tortura psicológica aumentó en idéntica proporción que el compromiso de ARTEVIDA que sustento, como puedo, hasta hoy.

Una mañana del mes de julio de 1976, estando en el taller de escultura de Bellas Artes, una alumna fugitiva - la única que logró escapar- me comunicó la desaparición de sus compañeros del bachillerato - mis alumnos- junto a la del hijo de Vigo: Abel (Palomo) operación ejecutada por la fuerza de infantería naval.
El mundo se paró y comenzó a girar en sentido contrario al de las agujas del reloj : se nos morían las esperanzas, se nos iban los ángeles encarnados, ellos que confiaban y trabajaban, con honestidad e inocencia, para la revolución popular que ahí mismo se abortó.

El resto es historia bastante difundida. Hay muchos libros escritos, desde distintas posiciones y no voy a entretener al lector con una versión más. Baste decir que los fusilamientos de Trelew, que ya habíamos denunciado, nos dieron una imagen extendida de lo que iba a seguir.

Esa misma mañana corrí a la casa de Vigo y su mujer (Elena Comas), me contó los detalles de la captura, que todavía no veía como desaparición.

Fueron muchos más, la ciudad de La Plata, universitaria por excelencia, se transformó en campo de fusilamientos nocturnos, requisas y golpes de botas y fusiles en puertas y ventanas. Con la sangre derramada en veredas, balcones y parques, fundaron el imperio del Terrorismo de Estado.

Nosotros dijimos NO. No claudicamos y no nos escondimos detrás de las fachadas surrealistas que muchos hicieron flamear. El arte visual y los artistas ¿dónde estaban, qué hacían ante semejante atrocidad?
Algunos huyeron al exilio, otros se guardaron de actuar hasta que pasara el vendaval. Hubo más seguramente, pero en mi memoria activa es lo único que deseo guardar.

Lo que recuerdo es que estábamos muy solos (Vigo y yo), que nos salvaron los compañeros de la red y esa con-fusión de identidades fue una comunión, crecida en el territorio libre de la diversidad.
Por mi parte fui separada de todos mis trabajos, docentes y administrativos, me aplicaron el artículo de seguridad por no querer colaborar con el proceso de reconstrucción nacional. Inhabilitada para todo tipo de trabajo durante cinco años, fui echada de mi segunda casa (Bellas Artes), a la que no volví NUNCA MÁS.
El 22 de agosto de 1977 Edgardo Vigo me propuso trabajar en dupla, con firma conjunta, para darnos más fuerza con un nombre en común (G.E. MarxVigo.)

Así empezamos un maridaje estético que duró hasta 1983.
Señalamientos, citas, ediciones marginales, poesía visual, gráfica alternativa, xilografías, declaraciones y plataformas poéticopolíticas ( todo circulando vía correo), fue nuestra posibilidad de seguir en acción y construir metáforas que reconstruyeran el horror.
Estábamos desaparecidos vivos y seguimos con vida gracias al circuito internacional que ya, entre otras cosas, había dado pruebas de solidaridad y fuerza al desenterrar de los pozos uruguayos a Padín y Caraballo (*) con la ayuda de todos, junto a Amnesty Internacional.

Los anteproyectos de proyecto de fusión y vuelo acompañado, las citas o rituales de primavera a orillas del río de La Plata, en las playas de Boca Cerrada, las instalaciones de altares populares (colgajos de impresiones xilográficas fragmentadas y raspadas como pieles desolladas, flameándose sobre cajas vacías o llenas de silencio y soledad), las banderolas y los enterramientos de nuestros propios despojos, son las imágenes que más recuerdo al momento de sellar esta declaración de amor en hermandad global.

Después de la vuelta a la democracia (¿?) nos separamos y en 1983 las banderas de G.E. Marxvigo fueron enrolladas amorosamente- y quedaron guardadas hasta hoy momento crucial para todo el planeta, en el que siento la necesidad de sumarnos en el NO A LA GUERRA restituyéndolas al conocimiento de los que se interesen y desplegarlas para que vuelvan a flamear.

En 1984, como GGGMARX quise poner en acto lo aprendido en los circuitos, armando nuevas redes con la gente en LA CALLE, con los habitantes de mi ciudad. Así salieron los POEMAS COLECTIVOS, el tendedero de ropas con historia, la maratón de los antihéroes, la pintada de sombras de Hiroshima, el teatrazo, los poema-panfleto y las ediciones de la con-fusión. Todas PROPUESTAS DE CREACIÓN COLECTIVA que también fueron incorporadas a los ámbitos de la educación pública y estatal. Una compañera imprescindible, Susana Lombardo, se sumó a esta inocente provocación. Y fuimos muchos los que comenzamos a ?vivir en arte? integrándonos en LA COMPAÑÍA DE LA TIERRA MALAMADA, tomando como centros de acción a nuestras propias casas-taller, AL Galpón de La Loma al que habitamoscon nuestras familias carnales, alumnos, escritores, músicos, teatreros y militantes de la vida .
Participamos en numerosas convocatorias gestadas por otros diseñadores de proyectos: el TEATRAZO, VELA POR CHILE, Bicicletas a la China, Plaza Moreno, DESAPARECIDOS POLÍTICOS DE NUESTRA AMERICA...y editamos 5 números de un periódico marginal autogestionado por Hilda Paz, Gustavo Mariano, Daniel Gluzmann, Gabriela Hermida, Alfredo Mauderli, Susana Lombardo y yo. Se llamaba HOJE-HOJA-HOY.

En 1989, con la promesa de LA REVOLUCIÓN PRODUCTIVA para entrar al primer mundo, no se pudo seguir más. Las gentes corrieron a los hipermercados, compraron maquinitas y el cuentapropismo mató lo que yo, y algunos otros que trabajábamos en compañía, acabábamos de fundar.
En las oficinas de Correo se instalaron las máquinas timbradoras, los carteros fueron obligados a abandonar la poesía, dejaron de repartir metáforas y hasta hoy deslizan por debajo de las puertas ( sin tocar los timbres de las casas) sobres con facturas y amenazas de intimación y desalojo.

Todos los compañeros postales tienen internet con e-mail. Yo me vine negando hasta el 2000. Entonces Martín ( mi hijo) hizo dos magias: me regaló una caja de lápices de colores para que pintara , compró una computadora (con un programa painter incluido) y me enseñó, todavía me enseña, me guió, me reintegró.

Nunca abandoné las prácticas de comunicación a distancia y todavía las sigo instalando en los ámbitos de la educación.

Ahora, un 21 de noviembre de 2002, estoy sentada en el ático, escribiendo este texto que enviaré por e-mail, en la computadora de Martín Eckmeyer, que practicó el artecorreo con marxvigo, la MAMABLANCA y todos los integrantes del circuito que nos alojó.

Él es hoy un joven compositor de música contemporánea y yo continúo laborando, como artista invisible, tejiendo una red, que no tiene pescador. Sigo viviendo en obra y ésta es la ideología de mi propuesta desde la poesía en acción:

Nuestro lenguaje poético-alegórico,
está lejos de las Bellas Artes.
No reconoce dogmas académicos.
No se vende en el mercado.
No responde a las modas.
Señala la belleza
en los dientes de un perro muerto;
la maravilla en las chapas oxidadas,
ésas que se pudren a la intemperie.
La estética cotidiana de los cartoneros,
apretando desechos en sus carros
de combate silencioso.
La seducción de lo frágil,
porque es efímero e incierto.
Las canteras de ropas, gasas y vendas,
usadas...
La niñez desamparada.
Los relieves tectónicos del homo detritus.
Un mundo que contiene muchos mundos,
en los que cabe el universo único y diverso
de cada ser humano.
Una muestra,
un susurro y un murmullo:
NOSOTROS SOMOS ELLOS: POBREZA- PUENTE- POESÍA

HASTA LA VICTORIA DE LA POESIA....SIEMPRE !!!!


GGGMarx y el colectivo

 

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